martes, 22 de marzo de 2016

La conquista de un cadáver.





Figura 1. Rango temporal de aparición de las distintas especies de invertebrados colonizadores, así como la duración de las mismas en el cadáver. 


Poder acotar lo máximo posible la fecha de la muerte es una de las preguntas más importantes a responder en una investigación criminal y, para ello, conocer la relación de ciertas especies de invertebrados con los cadáveres puede sernos de gran ayuda. ¡OJO!, a veces lo importante no es la presencia de determinadas especies, sino la ausencia de otras.


Como podemos observar en la imagen anterior (Figura 1), hay ciertas Familias de invertebrados cuyo rango de presencia en un cadáver, o alrededores, es muy restringido, bien puede ser el ejemplo de la Familia Vespidae o la Familia Calliphoryidae, ambas aparecen solo cuando el cadáver aún esta fresco, lo que contrasta con la Familia Tenebrionidae, en la cual, los individuos sólo se presentan cuando el cadáver está en la etapa más avanzada de la putrefacción. Además de la presencia de ciertos invertebrados, hay que tener en cuenta el estado de desarrollo de los mismos, ya que no es la misma información temporal la que nos transmite un individuo en estado larvario que un adulto.



                   
                                                     




Como cabe esperar, lo más utilizado en la zoología forense son aquellas especies que más delimitadas tengan su rango de aparición y de estancia en el cadáver, además es fundamental comparar todas las especies presentes en el cuerpo entre ellas. Por ejemplo, si encontramos individuos de las familias Sarcophagidae, Staphylinidae y Vespidae, podemos afirmar, casi con total rotundidad, que el cadáver es reciente (fresco) y que, además, debe de estar entorno al cuarto o quinto día tras el fallecimiento.


                                    


Sin embargo, no debemos fijarnos tan solo en las especies presentes en el cadáver, sino también en aquellas que podemos encontrar en los alrededores del mismo, dado que el cadáver podría haber sido movido intencionadamente y, por consiguiente, estar otorgándonos cierta información falsa o sesgada. La presencia de especies que no corresponden al lugar del crimen y que son endémicas de ciertas zonas podría suponer un hallazgo importantísimo de cara a la investigación, ya que no solo nos arroja información acerca de un supuesto movimiento del cadáver, sino también del posible escenario donde se cometió el crimen o el camino que siguió el cuerpo hasta el lugar donde se halló. 






Por último, hay que tener en cuenta que encontrar discrepancias, como encontrar especies que sólo aparecen cuando el cadáver está fresco, y otras, que solo se encuentran cuando el cuerpo lleva un tiempo de descomposición, más largo, en regiones concretas, como una herida sin curar, nos puede indicar que la persona sufrió abusos o malos tratos durante un tiempo prolongado mientras aún estaba con vida. Esta práctica ha sido muy útil en ciertos casos de negligencias, tanto en cuidado de niños como de ancianos, por lo que no debemos pensar que la entomología está inclinada solo y exclusivamente hacia el homicidio. Por ejemplo, en un caso hipotético de homicidio, la presencia de un miembro de la Familia Scarabaeidae en una herida sin curar nos podría indicar que la persona estuvo bajo un maltrato previo a la muerte de, como mínimo, unos 40 días.







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